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Casla

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Casla es uno de los pueblos más antiguos de la Comunidad de Villa y Tierra. Se encuentra situado en el piedemonte de la Sierra, al paso de la carretera de Soria a Plasencia, su existencia se remonta a antes de la conquista de los árabes, de hecho su topónimo es de origen visigodo, aunque no fue hasta el año 1247 cuando se nombra al pueblo por primera vez en su documento escrito. Casla es un pueblo que ha vivido históricamente vinculado a la ganadería, y más concretamente al pastoreo trashumante. Encima del pueblo por la falda de la sierra, transcurre la Cañada Real Soriana Occidental, y por el puerto de Somosierra la Cañada Real Segoviana. Los viajes en otoño y en primavera marcaban el ritmo vital del pueblo, dado el número de vecinos que se dedicaban a la trashumancia. En esta zona serrana era además muy habitual la actividad del esquileo. En 1850 Casla contaba con 321 habitantes y su actividad mayoritaria era la cría de ganado lanar. Según constata Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico de España.

                 Debido a su situación geográfica, durante los primeros siglos de la Reconquista, quedó incluida en la denominada Extremadura castellana. Aunque la despoblación fue un hecho generalizado en toda esta región, según Luis Miguel Villar esta zona de las cuencas del Duratón y el Caslilla no llegó a despoblarse totalmente, y se mantuvo una cierta continuidad tras el paréntesis de la invasión. Esta afirmación la autentifican los hallazgos arqueológicos y los topónimos prerromanos, romanos y visigodos conservados. Casla es precisamente un topónimo visigodo.

                 Uno de los principales atractivos de Casla es la Ermita de la Virgen de la Estrella. Lo único que se conoce acerca de la aparición de esta Virgen es lo que la tradición ha transmitido: su imagen la descubre un pastor en una estepa y la intenta trasladar; pero cuando traspasa los límites del término municipal la imagen desaparece. El pastor regresa de nuevo al lugar de la aparición y allí la vuelve a encontrar. Los nuevos intentos para trasladar la imagen tienen los mismos resultados, y en el lugar donde apareció se construyó la ermita. No se sabe cuándo se produjo esta aparición, pero tuvo que ser después del siglo XI, es decir, cuando los árabes habían abandonado esta zona de la Sierra y, como muy tarde, antes del siglo XVl, puesto que hay noticias ciertas de que la ermita ya existía a finales de este siglo. La advocación bajo la que se veneraba a la Virgen, Nuestra Señora del Estepar, estaba relacionada precisamente con el arbusto donde tuvo lugar la aparición, una estepa. Es aproximadamente hacia el año 1665 cuando se produce el cambio de advocación, para pasar a ser Nuestra Señora de la Estrella.

 

                 Situado junto a la N-110 y a los pies de la Sierra, en la zona del alto de Colgadizos, entre los pasos de Somosierra y Pradeña, Casla forma límite con la provincia de Madrid. Casi todas sus viviendas se sitúan en la margen occidental de la nacional, a la que parece rendir pleitesía el edificio de se Ayuntamiento. De su escuela queda aún recuerdo con un buen edificio situado en las proximidades y que se dedica a actividades culturales. Atribuyen el nombre de Casla a que tenía una sola casa en la época medieval y de ahí se ha mantenido su denominación. Y tiene el honor de haber dado nombre a otro núcleo, Caslilla, como Prádena hace con Pradenilla. También da nombre al río Caslilla que nace en el alto de la sierra y pasa por el pueblo para desembocar en el Duratón. Los vecinos contaban con una buena fuente que se encontraba a 400 pasos del casco urbano, además de diversos manantiales que formaban el arroyo Cabrerizo y Sepúlveda. En la zona existe un paraje que se llama como Casas Altas, lo que hace sospechar que hubo algún núcleo de población en este punto, aunque hoy está vinculado a Ventosilla y Tejadilla. Pero Casla tuvo por anejo a Sigueruelo (con iglesia dedicada a San Sebastián), que hoy pertenece a Santo Tomé del Puerto. La relación comercial y administrativa que mantenían los vecinos de Casla era fundamentalmente con Sepúlveda, aunque también es muy probable que se viviera muy de cerca el día a día con la vecina Prádena.

 

                 El archivo parroquial de Casla sufrió un incendio antes de los años 50, destruyéndose así gran parte de la documentación que permitiría conocer la historia y las condiciones de vida de los vecinos de este pueblo. De hecho bastante historia debe de tener pues en las inmediaciones se han encontrado algunos restos arqueológicos del Calcolítico. Su iglesia parroquial está dedicada a San Pedro Apóstol, que conserva una custodia de sol realizada en Segovia a mediados del siglo XVIII. En los alrededores del pueblo se halla la ermita de San Roque. Por otra parte, a los pies de la sierra se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Estrella, que se sitúa por debajo del puerto de la Acebeda. En ella existe un cuadro que recuerda que los fieles Alejandro Ramos Tomás Sanz, Gabril Vega y Marcos Martín invocaron a la virgen ante una gran tormenta, de la cual pudieron salir ilesos al descargar un rayo, que, sin embargo mató a un perro que se encontraba con ellos. Este templo ha sido restaurado mediante las limosnas ofrecidas. Era costumbre que en la víspera de la Asunción, a las doce de la noche, todos los jóvenes y resto del pueblo iban a la ermita a rezar el rosario, cantar la salve y, los más jóvenes, con instrumentos de cuerda, cantaban unas coplillas, para depositar luego un ramo de flores en el alero del tejado de la puerta. También existen citas de que había una ermita dedicada a San Roque, muy cerca del pueblo. Los vecinos celebran las fiestas patronales de la Virgen de la Estrella en el mes de septiembre.

El municipio de Casla asciende formando calles estrechas, dentro de su casco urbano, el edificio más destacado es la iglesia parroquial de San Pedro, una sencilla, pero monumental construcción de tres naves, con la cabecera orientada hacia el sur. La nave central es la más alta y se remata con el presbiterio. En el interior de la iglesia, destacan varios retablos barrocos y neoclásicos. De entre todos sobresale el retablo mayor, que es barroco y de tres calles. En sus hornacinas se albergan las imágenes de San Pedro, San Antón y de la Virgen del Carmen. Además la iglesia de San pedro cuenta con una custodia de sol realizada en Segovia a mediados del siglo XVIII.

ERMITA DE SAN ROQUE

 

Se localiza en lo que antiguamente debían ser las afueras del pueblo. Se trata de un humilladero edificado en el siglo XVIII en un estilo sencillo y austero y en el que se guarda la imagen de San Roque.

ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESTRELLA

 

Al pie de la sierra, rodeado de sabinas y olmos, y debajo del puerto de la Acebeda, se encuentra la ermita de Ntra. Señora de la Estrella.

LA FRAGUA Y EL POTRO DE HERRAR

 

Pueblo de gran tradición ganadera, Casla conserva su potro de herrar y su fragua. Ambos son mudos testigos de formas de vida ya extinguidas y eran muy importantes para el desarrollo de las labores cotidianas. El primero es de enebro, madera de excelente calidad muy abundante en el término. La segunda se ha convertido en almacén.

CUEVAS DE CASLA

Cueva de la Carretera, de la Cocinilla y de la Curva. Se puede consultar más información en el libro -Catalogo de cavidades de Arcones, Pradena, Casla y Sigueruelo-.

Web del ayuntamiento